Reconcilia-2

En varios momentos de nuestra vida hemos escuchado o estamos por escuchar alguna frase que se relacione con la reconciliación, algunas veces con referencia a la pareja, familia o amistad. Desde mi punto de vista, vale la pena y es de gran relevancia considerar el significado desde el plano personal o hacia uno mismo, porque en la medida en la que cada persona consigue reconocerse como única en el mundo, adquiere la habilidad y con ello el gran poder del autoconocimiento, el cual nos permite explorar más allá de lo que mostramos a los demás. Es una oportunidad de abrir nuestra mente y nuestro corazón para identificar lo que pensamos y sentimos a través de la autopercepción, así como lo que nos apasiona y motiva en la vida, de los fantasmas que nos atormentan y nos hacen sentir culpa. Un sinfín de información y de sensaciones con la posibilidad de ser descubiertas, y de cada uno dependerá la forma de experimentar todo aquello que está a nuestro alcance, en generar o propiciar esa comunicación en nuestro interior que nos permita volver a mirarnos como realmente somos, sin tapujos y sin retoques.

Este encuentro, nos ofrece de nuevo el regalo para decidir qué es lo que haremos con nuestra persona, de aceptar quiénes somos, afrontar nuestras elecciones, aprender de los fracasos y valorar la dirección que hemos tomado en el trayecto recorrido. Se trata de un recordatorio al amor propio, con nuestras virtudes y oportunidades. Es una invitación para gestionar el vínculo más importante que podemos lograr, la introspección.

Al renovarnos de manera constante para llegar a ser lo que queremos ser, podremos estar en contacto de manera intensa y profunda con nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y juicios, y el resultado de esto probablemente sea positivo y gratificante otorgándonos la llave maestra para abrir cuantas puertas estén a nuestro alcance, sin embargo, existe la posibilidad de hallar en el camino culpas o heridas que sin una elaboración adecuada, pueden envolvernos en un abismo que dé como resultado el victimizar nuestra realidad o el pasado, ante esto es recomendable estar atentos para no permanecer en ese estado como si estuviéramos entrampados en un remolino sin salida y sacarle el mejor partido a estas situaciones con responsabilidad, para dar el siguiente paso hacia la armonía interior y a la madurez, que indudablemente se reflejarán en nuestras relaciones con los demás.

En la medida en la que podamos elaborar un diálogo interno y de reconciliación personal, poco a poco la construcción de nuestra esencia y autoestima serán como plomos que nos mantendrán estables, empoderados y con autoconfianza. Se trata de un proceso paulatino que requiere de intención, acción y constancia, aunque si lo consideras necesario o crees que te encuentras estancado, recuerda que un profesional puede brindarte acompañamiento en esta etapa de evolución personal. Lo importante es arriesgarse a ir un paso más hacia adelante en cada momento, sin olvidar que los pasos andados y el trayecto ganado son tesoros invaluables que hay que conservar y enriquecerlos con las experiencias vividas, siendo responsables y disfrutando, reconciliándonos con nosotros mismos, y así, muy probablemente con los demás.